A lo largo de la historia de la humanidad, ciertos objetos han sido empleados por sus supuestos poderes protectores y son conocidos como amuletos o talismanes. El llamado ojo griego es uno de ellos y recibe esta denominación en Grecia. En países como Turquía el mismo objeto recibe otro nombre, ojo turco o munçuk, y en algunos países de Oriente se le llama nazar.

En este símbolo aparece una imagen en forma de gota de agua y en su interior hay un punto azul oscuro que representa un ojo. Este amuleto se presenta normalmente como una joya de cristal que sirve como un colgante ornamental. Su principal función como amuleto es proteger a quien lo lleva contra el mal de ojo. Sus tonalidades azules características son atribuidas al color de los mares.

Asimismo, este amuleto está asociado con la abundancia y la prosperidad. La presencia del ojo tiene igualmente una explicación: los malos deseos como la envidia se manifiestan en la visión humana.

El mal de ojo es una creencia popular supersticiosa que está extendida en muchas civilizaciones, según la cual una persona tiene la capacidad de producir daño, desgracias, enfermedades e incluso llegar a provocar la muerte a otra solo con mirarla. Esta contraparte afectada se dice que «está ojeada», que «le echaron mal de ojo», o «el ojo encima».

Antiguamente se pensaba que las brujas eran quienes lo usaban para hacer caer enfermas a sus víctimas, y que así perdieran el amor o llegaran a dejarlas en ruinas.

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