La Crítica de la razón práctica (Kritik der praktischen Vernunft) es la segunda de las tres obras llamadas «críticas» de Immanuel Kant, publicada por primera vez en 1788.

Trata sobre su filosofía de la moral, y continúa en la línea de la Crítica de la Razón Pura. La gran mayoría de los argumentos de este libro están expresados más extensamente en sus Principios fundamentales del conocimiento metafísico.

La segunda Crítica ejerció una enorme influencia en el desarrollo posterior en el ámbito de la filosofía ética y moral, empezando con la Doctrina de la ciencia de Johann Gottlieb Fichte. Durante el siglo XX se convirtió en el principal punto de referencia para toda filosofía moral.

La razón teórica formula juicios frente a la razón práctica que formula imperativos. Estos serán los pilares en los que se fundamenta la ética formal kantiana. La ética debe ser universal y, por tanto, vacía de contenido empírico, pues de la experiencia no se puede extraer conocimiento universal.

Debe, además, ser a priori, es decir, anterior a la experiencia y autónoma, esto es, que la ley le viene dada desde dentro del propio individuo y no desde fuera. Los imperativos de esta ley deben ser categóricos y no hipotéticos, que son del tipo «Si quieres A, haz B».

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