La Conquista de Navarra se inició en el siglo XII mediante una serie de tratados acordados entre el reino de Castilla y la corona de Aragón para repartirse Navarra.

La conquista militar la realizó el rey Fernando II en el verano de 1512. Muerta ya la reina Isabel, Fernando de Aragón ejercía de regente de Castilla por inhabilitación de su hija, Juana I de Castilla, más conocida como Juana la Loca.

Fue entonces cuando Fernando se casó en segundas nupcias con Germana de Foix, de la familia real navarra. Aprovechó la debilidad de Francia tras el conflicto con la Santa Liga para conquistar el Reino de Navarra con tropas castellanas y vascas.

Durante siglos Navarra fue un territorio en disputa entre la Corona de Aragón y Francia. El padre de Fernando "El Católico", Juan II, se casó con Blanca I de Navarra a mediados del siglo XV, pero no consiguió anexionar este reino, que se sumergió en una guerra civil durante el estéril reinado de Carlos de Viana.

Los Beaumonteses, alineados con Enrique IV de Castilla, se enfrentaron a los agramonteses, partidarios de Aragón, hasta que la unión dinástica de los Reyes Católicos trajo cierta paz a Navarra. Entre 1495 y 1500, los reyes navarros, Juan de Albret y Catalina de Foix, supeditaron su poder a los Reyes Católicos y el reino quedó ocupado por tropas castellanas.

La incorporación de estos territorios a sus dominios se realizó a cambio de concederles una gran autonomía, siguiendo el modelo de las regiones catalano-aragonesas.

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