Desde que se disputara la primera edición del Campeonato del Mundo de Fórmula 1 en 1950, sólo dos hijos de padres campeones del mundo de F1 han sido capaces de igualar la gesta de sus padres: Nico Rosberg con su padre Keke Rosberg y Damon Hill con su padre Graham.

Damon Hill fue piloto de Fórmula 1 de 1992 a 1999, y fue en 1996 cuando se proclamó campeón del mundo pilotando para el equipo Williams, siendo también subcampeón en 1994 y 1995. Su padre, Graham Hill, fue campeón del mundo en 1962 con un BRM y en 1968 con Lotus, cosechando un total de 14 victorias y 36 podios en la máxima expresión de la velocidad a cuatro ruedas.

Nico Rosberg ha seguido los pasos de Damon Hill y tras proclamarse campeón del mundo en el Gran Premio de México 2016 recoge el legado de su padre, Keke; que logró el título en 1982.Lo curioso es que ambos hijos (Nico y Damon) se coronaron como los mejores pilotos del Campeonato de Fórmula 1, 34 años después de que lo hicieran sus padres.

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