Virginio Arias Cruz, escultor nacido en Ranquil, localidad cercana a Concepción, Chile, el 8 de diciembre de 1855 y fallecido en Santiago de Chile el 17 de enero de 1941.

De origen humilde, Virginio se dedicó primero al pastoreo. Cumplidos los doce años, inicia su formación artística. Lo hace en Concepción, como aprendiz del taller del escultor Tomás Chávez, egresado del primer curso de la Academia.

A los 19 años de edad, ingresa a la segunda generación de la Academia, destacándose como uno de los alumnos más sobresalientes de Nicanor Plaza, quien lo llevaría a París en 1875, y al año siguiente Arias era ya alumno de la Academia de Bellas Artes de dicha ciudad.

En 1890 regresó brevemente a Chile, lapso en el que recibió variadas distinciones. Pronto, volvió a Europa y en 1895 el gobierno chileno lo nombró Encargado Ad Honorem para hacer un estudio sobre la organización de la Escuela de Bellas Artes en Chile.

En 1900, volvió a Chile, asumiendo como Director de la Escuela de Bellas Artes. Once años después abandona tal cargo y regresa a Europa, comisionado una vez más por el gobierno, pero ya para la década del treinta se queda en Chile, donde a pesar de sufrir de ceguera, durante los últimos años de su vida, continuó esculpiendo ayudado sólo de su tacto. De todos modos, murió en la miseria más absoluta.

Algunas de sus obras más importantes y premiadas son: "El Descendimiento", "Un héroe del Pacífico", "Monumento al General Baquedano", solo por nombrar algunas.

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