Los huesecillos del oído (también llamados osículos auditivos) son huesos cortos e irregulares, que forman una cadena situada en la cavidad timpánica del oído medio. En los mamíferos son tres (martillo, yunque y estribo) y en otros vertebrados terrestres solo existe uno (la columela).

La longitud total de la cadena de osículos es de unos 18 mm.​ Son los huesos más pequeños del cuerpo humano.

Su principal función consiste en transmitir el movimiento del tímpano al oído interno, a través de la ventana oval.

El martillo es un hueso pequeño o un huesecillo del oído medio que se conecta con el yunque y se adhiere a la superficie interna del tímpano.

Este importante hueso transmite las vibraciones sonoras del tímpano al yunque. El martillo es exclusivo de los mamíferos y evolucionó a partir de un hueso de la mandíbula inferior en amniotas basales llamado articular, que todavía forma parte de la articulación de la mandíbula en reptiles y aves.

Además este delicado hueso presenta una cabeza, un cuello, un manubrio y dos apófisis, una lateral y otra anterior. Está conectado con la membrana timpánica y transmite las vibraciones sonoras al yunque, mediante la articulación incudomalear; este último se comunica a su vez con el estribo. Fue descrito por primera vez por Alejandro Achillini (1463-1512).

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