Pablo de Tarso, originalmente Saulo de Tarso, también llamado san Pablo, nació entre los años 5 y 10 d. C., en Tarso de Cilicia (actual Turquía centro-meridional). Murió martirizado bajo el gobierno de Nerón entre los años 58 y 67 en Roma. Es conocido como el Apóstol de los gentiles, el Apóstol de las naciones, o simplemente el Apóstol, y constituye una de las personalidades más significativas del cristianismo primitivo.

Primeramente era un devoto practicante de la religión judía y perseguía a los cristianos por entender que constituían un peligro para la pureza de su fe y de sus costumbres. Sin embargo, luego se convirtió al cristianismo y pasó a ser uno de los más celosos difusores de la nueva religión que sigue a Jesús como el Mesías.

En el libro de los Hechos o Actas de los apóstoles se narra tres veces y de diversas maneras su encuentro con Jesús ya resucitado cuando se dirigía a Damasco para apresar cristianos. Pero en ninguno de esos textos se dice que Saulo cae de un caballo. Tampoco lo dirá ningún otro libro del resto de la Biblia, en cualquiera de las versiones bíblicas que existen.

Las imágenes que lo muestran caído de un corcel pertenecen a una época posterior, como la pintura de Caravaggio («Conversione di San Paolo / La conversión de San Pablo» de 1600) que refleja el dramatismo propio del arte barroco. Este tipo de ilustraciones surgidas de la imaginación popularizó la idea de la caída de Saulo de un caballo.

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