La Revolución Industrial nace en Gran Bretaña.

El invento clave que le dio origen y la impulsó fue la gran patente de la máquina de vapor, de James Watt, que propulsó un cambio profundo y que dio alas a lo que posteriormente sería llamada como Revolución Industrial.

La máquina de vapor se aplicó inicialmente a la locomotora y de ahí se pasó a un avance tecnológico sin precedentes.

Es realmente importante que la Revolución Industrial arrancara o se produjera en Gran Bretaña, ya que fue posible debido a la existencia de una monarquía liberal y no absolutista, que consiguió evitar el panorama de revoluciones que en aquella época se extendían en otros países.

Gran Bretaña estaba libre de guerras, y aunque estuvo involucrada en algunas, no se desarrollaron en su territorio de modo que pudieron ser el escenario en el que se gestó una revolución que tenía que ver con la industria y no con la guerra.

A esto se unió una moneda estable y un sistema bancario bien organizado. El Banco de Inglaterra se fundó en 1694.

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