La Cueva de Postojna está situada muy cerca de la ciudad eslovena de Postojna. Es un conjunto de 20 kilómetros de túneles y galerías, lo que la convierte en una de las cuevas turísticas más importantes en el mundo. Es tan famosa por los numerosos descubrimientos en su historia, como por su desarrollo a través de más de 200 años, por la promoción y, lo más importante, por las peculiaridades que se encuentran en la cueva que no existen en ninguna otra parte del mundo.

Los visitantes que hoy en día acuden a la cueva pueden conocer detalles sobre el origen y la historia de las cuevas, los túneles y las galerías; pudiendo admirar sus estalactitas y las estalagmitas, algunas de las cuales han acabado uniéndose en pilares, plegadas y dobladas a modo de cortinas y otras formas.

Inicialmente los turistas tenían que caminar por las cuevas e iluminarse el camino con antorchas durante mucho tiempo. En 1914 pasó por primera vez por las cuevas un tren a gasolina que llevaba turistas, que en 1963 fue sustituido por un tren eléctrico. En ese mismo año encendieron la primera bombilla en la cueva para iluminar el camino y poder ver mejor las estalagmitas y estalactitas. Hoy en día cuentan que una espectacular iluminación que engalana su belleza.

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