La playa de las Catedrales, una de las 21 mejores del mundo según National Geographic, se encuentra en el Norte de España, en el municipio gallego de Ribadeo, a orillas del mar Cantábrico.

Lo más característico de la misma son los arcos y cuevas, sólo apreciables a pie de playa durante la bajamar, formados por la erosión del oleaje durante miles de años sobre acantilados fracturados de pizarras y esquistos. El nombre de la playa hace referencia a la similitud de estos arcos de piedra con los arbotantes de una catedral gótica. Además la playa ofrece grutas repletas de organismos marinos, como algas, esponjas, moluscos y crustáceos, y largos pasillos de arena entre bloques de roca.

La visita a la playa debe de hacerse con precaución, tanto para no dañar los ecosistemas marinos, como por el riesgo de desprendimientos o de quedarse aislado ante la rápida subida del mar, pues se trata de un tramo de costa casi horizontal que forma parte de la Rasa Cantábrica, antigua plataforma de erosión marina elevada, que discurre desde Galicia hasta Cantabria.

Es recomendable visitar la playa en temporada baja, pues a pesar de la exigencia de permiso, el grado de aglomeración es alto. En marzo de 2018 tuvo lugar una desgracia pues se produjo la muerte de una joven tras ser golpeada por una piedra desprendida de una cornisa, por lo que es factible que se limite más el número de visitantes autorizados, y se penalicen conductas que puedan favorecer los riesgos.

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