En México, los ingenieros civiles Joel Sosa Gutiérrez y Sergio Omar Galván Cáceres crearon el concreto translúcido en 2005, cuando aún eran estudiantes en la Universidad Autónoma Metropolitana.

El concreto translúcido es un material polimérico que incluye cemento blanco, resinas, fibras ópticas y un aditivo llamado Ilum. La estructura de este concreto (hormigón) permite el paso de la luz natural hasta en un 70%, disminuyendo el consumo de energía eléctrica, lo que le añade el carácter de sustentable.

Este tipo de concreto es más resistente y más ligero que el concreto tradicional y ofrece una consistencia impermeable, por lo que puede ser colado bajo el agua sin deteriorarse, lo cual representa un gran avance en la construcción de plataformas marinas, presas y escolleras.

El material tiene presencia comercial en México desde 2005 a través de la empresa Concretos Translúcidos (CT), que lo certificó y realizó varios ensayos a nivel nacional e internacional, demostrando su eficiencia en la construcción. En julio de 2008 comenzó a comercializarse en Europa.

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