El 24 de octubre de 1975, el 90% de las mujeres islandesas hicieron una huelga laboral y de cuidados que tuvo en vilo al país. Fue el llamado "Día Libre de las Mujeres".

1975 había sido declarado por la ONU el Año Internacional de la Mujer y un grupo de feministas islandesas pioneras llamado "Red Stockings", "Medias Rojas", tuvo la idea parar el país. Su argumento: si las mujeres paran, se para todo. Por aquel entonces, el sueldo de los hombres islandeses era un 40% más alto que el de sus compañeras y el número de mujeres en el Parlamento no superaba el 5%.

Esta iniciativa tuvo gran revuelo en un país de 220 000 habitantes. Pararon los bancos, el transporte, las guarderías, las fábricas y las cajeras. Y todas ellas salieron a la calle. La concentración más grande fue la de Reikiavik, a la que acudieron 25 000 personas. Este día supuso un antes y un después para la vida de las mujeres en la isla.

El paro cambió por completo la manera de pensar de los islandeses y se puso en valor el papel de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad. Los hombres vivieron aquello también con mucho interés y las empresas se organizaron y prepararon para poder cubrir los servicios mínimos.

Cinco años más tarde de la huelga, Vigdis Finnbogadottir, una madre divorciada, venció a tres candidatos y se convirtió en la primera presidenta mujer elegida democráticamente. Solo Sri Lanka tuvo una mujer como presidenta antes que Islandia, aunque no fue elegida democráticamente.

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