La primera bomba atómica fue arrojada en Japón, concretamente en Hiroshima.

El 6 de agosto de 1945, cuando una destrozada Alemania nazi ya se había rendido y el fin de la Segunda Guerra Mundial parecía aproximarse, Estados Unidos decidió golpear a Japón con la última incorporación a su arsenal, fruto del llamado Proyecto Manhattan, para acelerar el proceso de rendición.

La bomba de uranio ‘Little Boy’ fue lanzada por el avión Enola Gay sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. El artefacto, siendo el primero en ser lanzado sobre una ciudad de la historia, causó la muerte de entre 100.000 y 160.000 personas y destruyó la ciudad hasta los cimientos.

‘Little Boy’, explotó al llegar a la altura de 590 metros, provocando una reacción atómica que liberó una energía de 13 kilotones (equivalente a 13.000 toneladas de TNT) y generó un calor de aproximadamente 1 millón de grados centígrados, haciendo arder el aire y generando una bola de fuego de unos 256 metros de diámetro.

Cerca del 30% de la población de Hiroshima murió en el acto, siendo desintegrados por el calor y la explosión. Creando el efecto conocido como: ‘efecto sombra’.

La orden de lanzamiento, al igual que ocurriría el 9 de agosto con el bombardeo de Nagasaki, fue dada por el Presidente estadounidense Harry S. Truman, quien justificó su decisión como una forma rápida de acabar con la guerra y una revancha contra los japoneses por el ataque a la base de Pearl Harbor.

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