El Castillo Takamatsu-jo, también conocido como Tamamo-jō, es uno de los tres únicos mizujiro, o "grandes castillos de agua", que existieron en Japón.

Reciben dicha denominación por estar emplazados junto al mar y llenar sus fosos con agua salada. Fue construido entre 1588 y 1590 por el clan samurai Ikoma, que pudo retenerlo durante 54 años. Posteriormente pasó al clan Matsudaira, uno de los más importantes de Japón, que gobernó en Takamatsu hasta 1870.

Prácticamente abandonado, el castillo se fue deteriorando durante la era Meiji, hasta el extremo de que su tenshu kaku, o torre del homenaje, amenazaba ruina, siendo demolida en 1884.

En la primera mitad del siglo XX, gran parte de lo que quedaba del castillo fue destruido por la expansión de la ciudad y los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Actualmente no queda ningún rastro del foso exterior. Sus ocho hectáreas restantes fueron abiertas al público en 1955.

El recinto, convertido en el Parque Tamamo, está completamente rodeado por Takamatsu, cuyos edificios asoman sobre la vegetación. Incluso su fachada marítima, antiguamente acariciada por las aguas de Seto Naikai, el Mar Interior de Seto, ha acabado aislado.

A pesar de lo cual, un sistema de esclusas sigue permitiendo que el agua salada llene los fosos, a la vez que facilita regular su nivel. Con el agua suelen entrar crías de peces, por lo que no es extraño encontrar doradas y lubinas nadando por los fosos.

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