Karlovy Vary es una ciudad balnearia de Bohemia, región occidental de la República Checa, en la confluencia de los ríos Ohře (Eger) y Teplá. Recibió su nombre (que en checo significa "balneario termal de Carlos") en honor del emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos IV, quien fundó la ciudad en 1350. Es famosa históricamente por sus fuentes termales y el río Teplá, también de aguas calientes. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, esta ciudad se convirtió en lugar indispensable de estancia para estadistas, músicos, escritores y artistas centroeuropeos. Hoy el esplendor de la ciudad y sobre todo el negocio continúan. Florecen los hoteles balneario, con cuerpo médico propio que trata desórdenes digestivos, cardiovasculares, diabetes, colesterol y diferentes problemas de articulaciones mediante curas con agua termal. Aquí los albornoces son tan típicos como el quimono en Japón, y una de las imágenes más repetidas es la de los paseantes con una jarrita de porcelana en la mano (el equivalente de la bombilla de mate para los argentinos), que utilizan para beber agua de las fuentes termales en cuanto tienen ocasión.

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