La península Itálica y Sicilia fueron la tierra prometida de los griegos: allí fundaron colonias que alcanzaron una brillantez sin igual, como Síbari, que desapareció engullida por el lodo. La ciudad llegó a contar con 300 000 habitantes.

Esta antigua ciudad griega situada en el sur de Italia fue fundada hacia 720-710 a.C. por emigrantes procedentes de la región de Acaya. Se convirtió en una colonia griega en la costa actual de Calabria en Italia.

Su territorio era ideal para el desarrollo del cultivo de cereales, actividad agrícola, viñedos, lana, miel, cera, betún, madera y plata. Además, la abundancia, el lujo y el confort eran las claves de su identidad. Disfrutaban sofisticados alimentos en banquetes.

El intenso comercio que sostuvieron con sus vecinos hizo que se convirtiera en una especie de puerto franco o libre de impuestos en el cual afluían riquezas de todas partes. Esto hizo que sus habitantes ostentaran una alta posición social llena de opulencia haciéndose famosos por su búsqueda constante de placer.

Sin embargo, tanto lujo los llevó a su fin. Hacia el 510 a.C. se desencadenó una guerra entre las ciudades de Crotona y Síbari, debido a que los habitantes de esta última buscaron refugio en la primera tras la confiscación de sus propiedades que llevó a cabo un demagogo que se tomó el poder. Síbari fue destruida. Incluso desviaron el río Cratis para inundarla y evitar que la ciudad fuera reconstruida.

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