La asbestosis es una enfermedad rara que causa fibrosis pulmonar originada por una contaminación por fibras de asbesto o amianto.

Por su etiología se considera una enfermedad profesional (enfermedades adquiridas en los puestos de trabajo).

La fibrosis lleva a la formación en el interior de pulmón de tejido cicatricial, que no se contrae ni se expande de forma normal y tampoco puede ejercer bien el intercambio gaseoso.

Detrás de la denominación de amianto o asbesto se engloba un grupo de seis minerales muy utilizados en la industria y en la construcción que se caracterizan por tener unas fibras largas que se pueden separar y son resistentes a las altas temperaturas y son: grunerita (amianto marrón), crisotilo (amianto blanco), riebeckita (amianto azul), tremolita (amianto-tremolita), bisolita (amianto-actinolita) y antofilita (amianto gris).

Estos son algunos de los materiales y lugares en los que puede encontrarse amianto: materiales de construcción como, las baldosas, los azulejos, los productos de cemento o las tejas, materiales textiles, productos de fricción como los frenos y el embrague de los automóviles.

Los síntomas no suelen aparecer hasta 20 años después del inicio de la exposición, y ellos son: dificultad respiratoria y una disminución en la capacidad de hacer ejercicios, tos, dolor torácico, anomalías ungueales (problemas en el color, forma, textura o el grosor de las uñas).

No tiene cura por lo que se recomienda evitar la exposición al amianto.

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