"Alea jacta est" es una locución latina que significa: "se echó el dado", "el dado fue echado" o "la suerte está echada". Es una frase dicha por Julio César al momento de cruzar el río Rubicón en el norte de Italia, límite entre Italia y la Galia Cisalpina, provincia que le había asignado el Senado romano.

De esta manera, se rebeló contra la autoridad del Senado lo que dio comienzo a la guerra civil contra Pompeyo y los optimates (facción aristocrática conservadora que deseaba limitar el poder de las asambleas populares y aumentar el poder del Senado). El conflicto se desarrolló entre los años 49 y 45 a. C.

Julio César, Cneo Pompeyo y Marco Licinio Craso habían formado el Primer Triunvirato (60 a. C.-53 a. C.), una alianza informal de ayuda mutua para ocupar los más altos puestos del Estado. Tras el fin de su consulado, César recibió el gobierno de la Galia Cisalpina, provincia poco poblada. En una rápida campaña exterminó a los helvecios y derrotó a los germanos.

Sus enemigos, influidos por Catón el Joven, intentaron destruirlo políticamente debido a su creciente popularidad entre la plebe. Para ello, intentaron quitarle el mando de las Galias, para posteriormente juzgarlo.

César atravesó rápidamente Italia, Pompeyo, sorprendido y falto de tropas abandonó Roma. Tiempo después, César derrotó a Pompeyo y sus aliados en la batalla de Farsalia. Pompeyo huyó hacia Egipto intentando encontrar aliados pero fue asesinado por orden del tutor del faraón Ptolomeo XIII.

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