Cuenta la historia que un monje del Cister, Fray Jerónimo de Aguilar, acompañó a Hernán Cortés en su viaje a México y realizó el primer envío a Europa de cacao junto con una receta al abad del Monasterio de Nuestra Señora de Piedra ubicado en Nuévalos, Zaragoza.

Los monjes de este Monasterio, fundado el 20 de noviembre de 1195 y construido sobre los restos del antiguo castillo de Piedra, fueron los primeros en conocer este maravilloso fruto americano.

El cacao llegó a España, pero no fue hasta 1534, cuando en la cocina del Monasterio de Piedra, se elaboró por primera vez el chocolate a la taza mediante la incorporación de azúcar, canela y vainilla.

En la actualidad, en el Monasterio se encuentra el Museo del chocolate, ya que fue en la propia cocina del convento donde se elaboró el primer chocolate de Europa.

En el museo se explica desde el origen del cacao, pasando por el proceso de transformación, y los diferentes tipos, colores, sabores.

En una carta de Hernán Cortés aparece por primera vez en nuestra cultura el referente al chocolate como: El alimento de los dioses, según la mitología azteca. El cacao nació en América Central con las civilizaciones azteca y maya.

Desde tiempos remotos, el cacao como fruto, tenía una doble aplicación, se tomaba como manjar y también como signo monetario.

La sensación de bienestar y energía que proporcionaba esta bebida, hizo que Cortés lo llevara a Europa.

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