El gecko tokay (Gekko gecko) es una especie de gecko de la familia Gekkonidae ampliamente distribuida por Asia.​

Es una de las especies de geckos más grandes y puede alcanzar una longitud corporal de 28 cm. En Filipinas, se llama tucó (cebuano y tagalo: tuko).

Es un visitante habital en las casas, recorre paredes en busca de insectos y otros lagartos. Se sujeta perfectamente gracias a unas almohadillas plantares cubierta por millones de pelillos microscópicos adherentes (lamelas).

Come por la noche y los machos emiten una aguda llamada para atraer a las hembras, son muy comunes en los trópicos y con frecuencia se reúnen alrededor de las luces para capturar sus presas. Suelen poner dos huevos cada vez, que son suaves y pegajosos al principio y luego se endurecen.

Con su cuerpo rugoso, cabeza grande y pupilas verticales, se adaptan con facilidad a diferentes ambientes. Otra cualidad muy particular que se desprenden de su cola y la misma se regenera.

Además de su potente mordedura, estos animales pueden portar patógenos dañinos si se infiltran en la herida de la víctima, pues porta unas mandíbulas poderosas altamente musculadas.

Presenta una coloración grisácea o verdosa con puntos anaranjados. La tonalidad de fondo del animal puede variar según la superficie en la que se encuentra, con fines miméticos.

En vez de correr o esconderse, estos animales a veces plantan cara a su potencial amenaza, muerden cuando tienen miedo, cuando están enfadados y cuando están estresados.

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