¿En qué consiste la petofilia?
Es un trastorno que consiste en excesivo apego a los animales y acarrea consecuencias negativas para las personas que lo sufren y su entorno.
Es una muestra de la intensa relación que llegan a tener los humanos con las mascotas. Como los miles de fotos y vídeos que inundan las redes sociales de mascotas, a veces alojados en hoteles de cinco estrellas con menús a base de caviar iraní, peluquería y spa. Hay quienes caen en la petofilia decepcionados por sus congéneres y deciden refugiarse en el amor incondicional y sin problemas que solo pueden ofrecerles sus mascotas. A veces, el vínculo se crea por la sensación de protección que proporcionan, por ejemplo, los perros.
El periodista norteamericano Jon Katz, uno de los expertos en este comportamiento, recuerda que, como cualquier lazo sentimental, el cariño a los animales pasa a ser un problema cuando se convierte en adicción. Existe petofilia si el afectado solo siente satisfacción cuando tiene contacto con seres irracionales y se aísla de su entorno, o limita completamente su forma de vivir o si el individuo no puede desligarse de este vínculo anómalo.
Tratar a un animal como a una persona o un miembro humano de la familia puede llegar a rozar la paranoia. No es malo ni patológico querer a un animal, cuidarlo y mimarlo, pero convertirles en personas, vestirlos como muñecas, ponerles joyas o llevarles al spa es ridículo e innecesario. Personificarlos es robarles su verdadera naturaleza y faltarles al respeto.
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