El Gran Colisionador de Hadrones, el mayor acelerador de partículas del mundo, se encuentra en Ginebra (Suiza). Se trata de una gran infraestructura circular de 27 Km de perímetro y que está ubicado a 100 metros por debajo del suelo. Inaugurado en 2008, su función es la de hacer chocar partículas subatómicas entre si para, a través de grandes detectores, registrar las partículas resultantes de las colisiones. De esta forma, recreando en ese espacio las condiciones que había en el Big Bang, se pueden estudiar los elementos que componen la materia de la que está hecha el Universo, incluidas las personas, y las interacciones entre ellas.

El hadrón -del griego hadros significa denso, fuerte- es una partícula subatómica. Estas pueden ser elementales y compuestas. En el caso de los hadrones están compuestas por quarks que son, junto con los leptones, los constituyentes fundamentales de la materia. Estas partículas subatómicas se utilizan en los colisionadores de hadrones, donde son acelerados en sentidos opuestos casi a la velocidad de la luz para que colisionen entre ellas.

En 1994, el físico británico, P. Higgs, Nobel de Física en 2013, expuso la teoría de que debía haber una partícula que otorgara su masa atodas las demás. La existencia del bosón de Higgs supondría la existencia de un campo que impregna el espacio, donde solo las partículas que interactúan con él tienen masa. La confirmación de este hecho fue posible gracias al Gran Colisionador de Hadrones.

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