El accidente nuclear ocurrido en la Central nuclear Fukushima I, el 11 de marzo de 2011, se debió a una serie de explosiones en los edificios que albergaban los reactores nucleares ocasionados por un terremoto y un tsunami. A pesar de conocerse el riesgo de tsunamis de más de 38 metros en su emplazamiento, la central solo contaba con un muro de contención de 8 metros y numerosos sistemas esenciales se encontraban en zonas inundables.

Ha sido el peor accidente nuclear desde el Accidente de Chernobyl en Ucrania en 1986, y el único que lo iguala en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (nivel 7), constituyendo uno de los mayores desastres medioambientales de la historia reciente.

Por el incidente en la central, 23 personas resultaron heridas y más de 20 afectadas por la contaminación radiactiva. Aproximadamente 19.000 personas murieron como consecuencia del tsunami, mientras que más de 470.000 se vieron obligadas a abandonar sus hogares.

Siete años después del episodio, Greenpeace ha denunciado la presencia de niveles excesivos de radiactividad en áreas próximas a la central nuclear. En el mismo señala que muchas de estas áreas se encuentran en situación de emergencia radiológica a pesar de que el gobierno japonés ha levantado las restricciones de acceso a las mismas tras años de limpieza y descontaminación radiactiva.

La ciudad de Fukushima es la capital de la Prefectura de Fukushima, en la Región de Tōhoku y se encuentra a unos 250 km al norte de Tokio.

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