Construido en 1128 en un islote junto a la costa de Nápoles, el Castillo del Huevo es una imponente fortificación que a lo largo de su historia ha funcionado como elemento defensivo, cárcel, residencia real y actual centro de exposiciones.

Es el castillo más antiguo de Nápoles que se eleva en el islote de Megaride donde, según la leyenda, la sirena Parthenope aterrizó allí y dio el primer nombre a la ciudad antigua, primer asentamiento de los griegos, los cumanos, de origen griego-eubo, a mediados del siglo VII a.C..

Cuenta la leyenda que Virgilio escondió un huevo mágico bajo los cimientos de la fortaleza y, que, si este llegara a romperse, la ciudad sufriría una enorme catástrofe. De esta leyenda surgió el nombre del Castillo del Huevo.

La historia del Castillo del Huevo es larga y compleja. Comienza cuando a la isla de Megaride llegaron los griegos en el siglo VII a.C.. Posteriormente, el islote fue conectado con el continente y Lucio Licinio Lucullo construyó en el lugar una hermosa y elegante villa que se extendía hasta la actual Plaza del Municipio. La Villa Licilio Lucullo fue famosa por su biblioteca y las granjas de morenas y melocotoneros, traídos de Persia

Actualmente el Castillo del Huevo se encuentra prácticamente vacío, pero aún es posible rememorar la antigua majestuosidad de la austera fortaleza y recorrer sus rampas y sus terrazas disfrutando de las vistas, o bien pasear por los túneles excavados en la roca por los antiguos prisioneros.

Más información: es.wikipedia.org