El Admiral Graf Spee fue enviado al Atlántico Sur en las semanas previas al estallido de la Segunda Guerra Mundial para poder interceptar las líneas de los buques mercantes cuando estallara el conflicto.

A partir de septiembre de 1939 en dos meses y medio, el corsario alemán hundió nueve barcos que totalizaban 50 089 t de arqueo. Sin embargo, el 13 de diciembre hubo de enfrentarse a tres cruceros británicos en la batalla del Río de la Plata, en el transcurso de la cual el Admiral Graf Spee causó graves daños a las naves enemigas pero sufrió desperfectos que obligaron a que recalara en el puerto de Montevideo, Uruguay.

Convencido por falsos informes sobre la aproximación a su nave de numerosas fuerzas británicas, el comandante del crucero, Hans Langsdorff, ordenó echarlo a pique el 17 de diciembre de 1939. El crucero fue parcialmente desguazado in situ, aunque parte del buque permanece hoy visible sobre la superficie del agua.

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