Con la Segunda Guerra Mundial comenzaron a escasear productos en Alemania debido al bloqueo aliado. Entre ellos se encontraba el componente principal de la Coca-Cola. Max Keith, director de la filial germana de Coca-Cola, ante la imposibilidad de fabricar la bebida, inventó una fórmula para lanzar al mercado alemán una nueva, así nació la Fanta en 1940, con el objetivo de extraer un rendimiento económico de las plantas paralizadas.

La fórmula del nuevo refresco era variable, ya que dependía de las existencias que hubiera en cada momento, pero la bebida solía contener fruta, pulpa de manzana empleada en la fabricación de sidra, subproductos de la industria del queso, endulzado con sacarina y un pequeño porcentaje de azúcar.

El nombre surgió de un concurso realizado entre los empleados de la fábrica. El ganador fue Joe Knipp, un veterano vendedor que dejó volar su imaginación y propuso el de "Fanta", derivándolo de la palabra Fantasie ("Fantasía" en alemán). La idea cautivó a los directivos.

En un principio nadie pensaba que pudiera tener el éxito de su predecesora pero, al ser comercializada con el aval de Coca-Cola GmbH (sociedad de Responsalibidad Limitada), superó todas las expectativas. En 1943 vendieron 3 millones de botellas.

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