La Inquisición medieval se fundó en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) fue creada en el siglo XII por el Papa Lucio III como instrumento para combatir la herejía cátara en el sur de Francia.

La iglesia Católica alcanzó gran poder en todo el mundo. Encargada de evangelizar y educar a la población, experimentó un proceso de enriquecimiento que derivo en mayor poder político. Ejerciendo mayor control económico y judicial sobre la población.

De la mano de lo anterior, se instauró la Inquisición que se encargo de perseguir la herejía en el continente europeo, la herejía se combatió de una manera normal en aquel entonces, ya que le población aceptaba el exceso de poder que ejercía la iglesia.

Fue en el Concilio de Tolosa, con el propósito de destruir la herejía maniquea heredada de Persia, el que dió lugar a la creación de los llamados “inquisidores de la fe” en 1229, que daría lugar después al llamado Tribunal del Santo Oficio, cuya función consistía en destruir cualquier signo que fuera contra la religión católica, llegando a convertirse en una de las policías más crueles y severas de cuantas han existido.

Sin embargo, la Inquisición o el Tribunal del Santo Oficio no entró en los reinos de Castilla y León sino hasta 250 años después de que se había establecido en toda Europa.

En América, el Tribunal del Santo Oficio se estableció por primera vez en la isla de Santo Domingo, llamada en ese entonces La Española, más adelante en el continente.

Más información: es.m.wikipedia.org