Alfred Nobel (1833-1896) fue un químico, ingeniero, escritor e inventor sueco, famoso principalmente por la invención de la dinamita y por crear los premios que llevan su nombre. Registró durante su vida 355 patentes y en la actualidad su nombre sobrevive en varias compañías.

La dinamita fue inventada por Nobel en 1867. Su empleo en la explotación de los campos petroleros de Bakú (Azerbaiyán) le hizo ganar una gran fortuna a su creador, la cual se emplea en la concesión del Premio Nobel.

La nitroglicerina había sido descubierta en 1847 por el químico italiano Ascanio Sobrero, pero se trata de un líquido muy sensible a los golpes, que hace muy difícil su manejo y por lo que provocaba muy a menudo graves accidentes por ser demasiado inestable y difícil de manipular y de transportar para la guerra y muy peligroso para aplicaciones civiles.

En 1864 una explosión de nitroglicerina mató a cinco personas, entre ellas, al hermano pequeño de Nobel. A raíz de esta tragedia se concentró en la tarea de conseguir un método para manipular con seguridad la nitroglicerina, que a mediados del siglo XIX era el explosivo más utilizado.

En 1867 Nobel consiguió fabricar la dinamita, mezclando la nitroglicerina con un material absorbente (la tierra de diatomeas), y así obtuvo un polvo que se podía percutir e, incluso, quemar al aire libre sin que explotara. Solo explotaba cuando se utilizaban detonadores eléctricos o químicos.

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