La construcción del Teatro romano de Mérida, el elemento más representativo del Conjunto Monumental de Mérida que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993, se remonta a los años 15 y 16 a.C –según la fecha inscrita en el propio teatro–.

El trabajo se llevó a cabo con el patrocinio de Marco Vipsanio Agripa, uno de los estrechos colaboradores del emperador Augusto, cuando la Colonia fue promovida como capital provincial de la Lusitania.

El diseño de este espacio, que se sitúa parcialmente en la ladera del cerro de San Albín, se basa en los modelos definidos por Vitruvio y es de planta latina que se forma con cuatro triángulos equiláteros inscritos en un círculo estando el frente de la escena en la base del triángulo central.

Durante el reinado de Trajano el teatro ya sufrió modificaciones. Fue él quien hizo construir el gran frente escénico a comienzos del siglo II, un muro de treinta metros de altura estructurado en dos cuerpos de columnas.

Además, fue modificada la 'ima cavea', lugar donde se acomodaban los caballeros de la ciudad, erigiendo en su centro un espacio sagrado rodeado de una baranda de mármol.

El frente se volvió a reformar entre los años 333 y 335 junto con la vía que rodea al edificio. Junto al teatro está situado el anfiteatro levantado, según atestiguan las inscripciones halladas en sus tribunas, en el 8 a.C. Este tenía capacidad para unos 15.000/16.000 espectadores.

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