Los siete pecados capitales (originalmente eran 8)* son una clasificación de los vicios mencionados en las primeras enseñanzas del cristianismo para educar a sus seguidores acerca de la moral cristiana.

El término «capital» (de caput, capitis, "cabeza", en latín) no se refiere a la magnitud del pecado sino a que da origen a muchos otros pecados, de acuerdo a santo Tomás de Aquino (II-II:153:4).

Los siete vicios a que se refieren los pecados son la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza.

En los cuatro pares propuestos, la virtud que se requiere para superar la gula, definida como "apetito desmedido de comer y beber" es la templanza, cualidad humana que induce a usar o hacer las cosas con moderación..

(*)En el siglo VI, el papa romano san Gregorio Magno redujo los vicios a siete (consideró que la tristeza era una forma de pereza).

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