Las Grayas eran tres ancianas horribles, que vivían en el extremo occidental del mundo, donde no llegan los rayos del sol ni de la luna y vigilaban la entrada de la guarida de sus hermanas las Gorgonas.

Entre las tres solo tienen un ojo y un diente, que compartían pasándoselos de una a otra por turnos. A la que le toca usar el ojo monta guardia a la entrada de la cueva mientras sus dos compañeras duermen. Eran brujas caníbales que se comían a todos los viajeros que pasaban por su territorio.

Su nombre se traduce como “Damas Grises” o “Viejas”, nacieron siendo ancianas. Las llaman Fórcides, por ser hijas de Ceto y Forcis, antiguo dios marino de la primera generación de deidades griegas.

Sus nombres son Enio "Parecida a la Guerra", Dino "La Terrible” y Persis "Destructora” o Pefredo "La que Indica el Camino" o "Alarma".

Resultan poco efectivas para frenar el paso a los héroes, ya que Perseo les robó el ojo aprovechando un cambio de guardia, privadas de su intercambiable órgano de visión, el héroe pudo continuar hacia el interior de la cueva, en donde le aguardaba un enfrentamiento con la temible Medusa.

El ojo de las Grayas fue a parar al fondo del lago Tritonis, a donde lo arrojó Perseo.

Otra versión dice que Perseo prometió devolver a las Grayas su ojo si lo conducían hasta las ninfas que podían proporcionarle los objetos necesarios para matar a Medusa: el casco de Hades, la alforja kibisis y las sandalias aladas, Perseo cumplió su palabra y les devolvió el ojo.

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