Arión de Lesbos o de Metimna, fue un tañedor de lira o de cítara considerado el mejor de su tiempo (siglo VII a. C.). Personaje legendario, se le consideraba hijo de la ninfa Oncea y de Ciclón o Poseidón.

Aunque había nacido en la ciudad de Metimna, en la isla de Lesbos, Arión pasó la mayor parte de su vida en la ciudad de Corinto, donde sus cantos en honor a Dionisio se hicieron muy populares.

Gracias a su talento se granjeó la amistad del tirano de Corinto, Periandro, que lo honraba con los máximos honores. Sin embargo, Arión marchó hacia Italia, e hizo una gira que incluía Sicilia y en la que creía que iba a adquirir gran fama, además de una considerable suma de dinero.

Obtuvo un éxito rotundo, pero en su camino de regreso alquiló una nave corintia (por la confianza que ello le daba) cuya tripulación (o sus mismos esclavos), codiciosa de su dinero, intentó matarlo.

Informado por Apolo mediante un sueño, Arión les ofreció astutamente que retrasaran su asesinato para así poder cantarles durante la travesía, lo que los marineros aceptaron por la idea de poder disfrutar de una de las mejores voces de Grecia. Arión entonó una canción con una voz tan aguda que atrajo a los delfines, se arrojó entonces al mar y logró milagrosamente alcanzar la costa de Laconia cabalgando a lomos de uno de esos animales.

Cuando murió Arión, Apolo colocó su figura en el firmamento junto con la del delfín que lo había salvado, y así formaron ambos la constelación del delfín.

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