En el cuento de Horacio Quiroga "La abeja haragana", ¿cómo salva su vida la protagonista?
Tras ser expulsada del panal por negarse a trabajar, la abeja haragana debe pasar la noche a la intemperie. Encuentra un hueco en el tronco del árbol donde cree que podrá resguardarse. Sin embargo, una serpiente tiene la misma idea.
A fin de que la serpiente no la devore, la abeja le propone un trato: si puede realizar un mejor truco que su adversaria, ésta no podrá atacarla y compartirán el hueco del árbol.
La serpiente utiliza su habilidad para hacer girar una semilla como trompo. Pero la abeja es más lista, convence a la serpiente de que puede hacerse invisible si ésta se voltea mientras cuenta hasta tres. La serpiente cuenta rápidamente hasta tres y se encuentra completamente sola.
Como no pudo descubrir a la abeja, no tuvo más remedio que aceptar su derrota.
Entonces, la abeja salió de su escondite: una hoja de una planta sensitiva, que se cierra al menor contacto.
Horacio Silvestre Quiroga Forteza (Salto, Uruguay, 31 de diciembre de 1878 – Buenos Aires, Argentina, 19 de febrero de 1937) fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo.
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