El jabón es el producto de limpieza que resulta de la reacción química entre los ácidos grasos y un álcali, usualmente sosa. Esta reacción se llama saponificación y puede darse de manera natural.

El jabón de Aleppo, Siria, famoso por su pureza, se elabora a base de aceite de oliva, aceite de laurel y sosa obtenida de la planta Salsola kali, o de la sal marina y agua de manantial. Se sigue fabricando hasta hoy con el mismo método heredado de los fenicios. Las jabonerías se han instalado fuera de Siria debido a las condiciones por las que atraviesa el país actualmente.

Los antiguos egipcios fabricaron un jabón a partir de grasa animal y la planta saponaria, que usaron para lavar el lino y el algodón. Para limpiar el cuerpo, se frotaban con una mezcla de natrón, arcilla y altramuces remojados en agua de lluvia.

Tanto el jabón de Castilla, como el de Marsella, famosos por sus propiedades hidratantes, emplean únicamente aceite de oliva, agua y sosa para su fabricación.

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