La historia de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá se remonta al siglo XVI, cuando los frailes dominicos que realizaban expediciones de evangelización en Colombia, solicitaron a un pintor español que vivía en la región ( Alonso de Narváez) la pintura de un lienzo con la imagen de la Virgen del Rosario.

Este debía incluir, a los lados de la Virgen, dos santos de su devoción: san Antonio de Padua y san Andrés.

Para el año de 1562 la pintura hecha de algodón indígena que medía 125 cm de ancho por 111 de alto ya estaba en la capilla y allí permaneció por más de una década hasta aproximadamente el año 1574. Para entonces la capilla, que tenía techo de paja, se deteriora a consecuencia de la humedad, al punto que la imagen quedó prácticamente borrada.

La crónica histórica señala que en 1586 María Ramos, una mujer del lugar, sabiendo que el lienzo había guardado la imagen de la Virgen, decide reparar el viejo oratorio y el lienzo maltratado, otorgándole el mejor lugar de la capilla. Diariamente oraba y pedía a la Virgen del Rosario que se manifestara. El 26 de diciembre cuando María salía del oratorio, una mujer indígena que pasaba por el lugar, le gritó a María: "mire, mire Señora..". La imagen irreconocible se había restaurado con sus colores y brillo originales.

Desde entonces empezó la devoción a la advocación conocida como "Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá", municipio donde tuvo lugar la primera de sus manifestaciones milagrosas.

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