El okapi, Okapia johnstoni, es una especie de mamífero artiodáctilo de la familia Giraffidae.​ Vive en las frondosas selvas del norte de la República Democrática del Congo entre los ríos Uele, Ituri y en las selvas de Aruwimi.

Aunque el okapi lleva rayas parecidas a las de la cebra en la parte trasera, está genéticamente más emparentada con la jirafa.

La forma del cuerpo es similar a la de la jirafa, excepto que los okapis tienen los cuellos mucho más cortos. El okapi tiene piernas largas y un cuerpo robusto. Ambas especies tienen la lengua larga, unos 35 cm, para despojar a las hojas y brotes de los árboles.

La lengua del okapi es también lo suficientemente larga para que el animal lave sus párpados y limpie sus oídos, dentro y fuera. Esta lengua pegajosa es puntiaguda y de color gris azulado como la de las jirafas. Los machos tienen cuernos cortos, cubiertos de piel llamados ossicones. Sus grandes orejas ayudan a detectar su depredador, el leopardo.

Tienen una longitud de 1,9 a 2,5 m de largo y 1.5 a 2.0 m de altura. Su cola mide de 30 a 42 cm. Su peso oscila entre 200 y 350 kg.

El color de los okapis es marrón, su boca es un poco más oscuras y sus patas son blancas con franjas negras parecidas a la de las cebras. Sus ojos son marrones.

Son herbívoros, alimentándose de hojas de árboles y brotes, hierbas, frutas y hongos.

Se cree que hay unos 15 000 ejemplares salvajes. Son difíciles de ver ya que se esconden entre la penumbra de los matorrales.

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