Cerca del fin de la Primera Guerra Mundial una enfermedad mortal asoló al mundo y mató a lo que se calcula fueron 50 millones de personas.

El horror causado hizo al mundo consciente de la necesidad de acciones colectivas contra las enfermedades infecciosas.

El Día del Armisticio de la Primera Guerra Mundial, en 1918, el mundo ya estaba combatiendo otra batalla. Había estallado la gripe española, que al final mató a casi tres veces más personas que los 17 millones de soldados y civiles que fallecieron durante la llamada Gran Guerra.

La gripe española fue una pandemia de gripe de inusitada gravedad, causado por un brote de Influenza virus A del subtipo H1N1. Esta pandemia, que duró poco más de un año, logró controlarse en 1919, pero los efectos de la enfermedad más mortífera de principios del siglo XX todavía están presentes.

Hasta estos momentos, se calcula que el número de muertos a nivel global por causa directa de la Gripe Española ronda entre los 50 a los 100 millones, sin embargo, pocos conocen o están enterados de esto.

Actualmente se tienen establecidos a nivel mundial, diferentes medidas de control y estrategias para prevenir y disminuir esta enfermedad que ha causado la muerte millones de personas.

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