Un arco iris de fuego, también llamado arco circunhorizontal, es un fenómeno óptico atmosférico en forma de halo similar a un arcoíris, pero se diferencia en que es más corto, de mayor espesor y no es causado por la refracción de luz en gotas de agua, sino a través de cristales de hielo en nubes cirrus.

Este tipo de nubes está compuesta por cristales de hielo, cuando los rayos del Sol inciden sobre ella, ingresan en los cristales hexagonales planos orientados horizontalmente a través de una cara de lado vertical, y salen por la cara inferior. Es la inclinación de 90° la que produce los colores.

Para que este fenómeno ocurra el Sol debe estar a lo alto en el cielo, por lo menos 58° sobre el horizonte, y los cristales de hielo hexagonales que componen las nubes han de estar organizadas en gruesas placas paralelas al suelo.

Los cirros son nubes que se forman a alturas entre los 8 y los 12 km y son bandas finas y delgadas. La presencia de muchas de esta nubes en el cielo puede ser signo de un sistema frontal o que una perturbación de las capas altas se aproxima, también puede ser el remanente de una tormenta.

Un arco íris de fuego se diferencia de un arco íris normal en que en este último las gotas de agua dispersan los rayos de Sol en todas las direcciones, mientras que en el arco iris de fuego, los cristales de hielo hexagonales dirigen la luz en una dirección concreta, de ahí que aparezcan en un lugar muy localizado.

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