Las Líneas de Nazca, en el sur de Perú, son un grupo de geoglifos precolombinos que se extienden en las arenas del desierto. Geoglifos son figuras construidas en laderas de cerros o en planicies, usando la técnica de adición de piedras con tonalidades oscuras de origen volcánico a manera de mosaico, para contrastar sobre un fondo más claro característico de los desiertos, o retirando la capa superficial del terreno. Abarcan un área de casi 1,000 km2 y hay alrededor de 300 figuras, que incluyen animales y plantas. Están compuestos por más de 10,000 líneas, algunas de 30 metros de ancho y más de 9 km de largo. Es más fácil observarlas desde el aire o desde montañas cercanas.

La coincidencia de los motivos de la cerámica nazca con las figuras dibujadas en la llanura ha llevado a los arqueólogos a concluir que las líneas fueron hechas entre 200 y 600 a. C.

Paul Kosok, antropólogo norteamericano, determinó mediante la técnica del Carbono-14 su antigüedad en 550 años d. C. y en 1941 propuso la hipótesis que las líneas eran signos calendáricos y astronómicos. Después que regresó a su país en 1949, su compañera la alemana María Reiche siguió sus investigaciones sobre las líneas de Nazca, y dedicó el resto de su vida al estudio, conservación y difusión de este legado de la cultura nazca. Kosok y Reiche adelantaron una de las primeras explicaciones dadas sobre las líneas de Nazca, que estas tuvieron como propósito apuntar al sol y a los cuerpos celestes en el lejano horizonte.

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