"El jardín de los fugitivos" recrea los últimos momentos de Pompeya.

La erupción del Vesubio en el año 79 fue una de las más catastróficas y famosas de todos los tiempos. La ciudad de Pompeya fue arrasada por los flujos piroclásticos (mezcla de gases volcánicos calientes, materiales sólidos calientes y aire atrapado, que se mueve a nivel del suelo) y se estima que perecieron al menos 16.000 ciudadanos.

Siglos más tarde, al realizar excavaciones, se descubrieron los cuerpos petrificados de innumerables víctimas. En un lugar en particular, se vertió yeso en los espacios dejados por esos cuerpos. Cuando se retiró la tierra después de que el yeso se hubiera endurecido, aparecieron trece adultos y niños que estaban amontonados, en posiciones que parecían que hacían inútiles sus intentos por protegerse a sí mismos de la avalancha de polvo volcánico, piedra pómez, piedras y ceniza.

Este lugar, donde una vez estuvo un antiguo huerto, llegó a ser conocido como el “Jardín de los fugitivos” y ofrece al visitante una visión congelada de las últimas y terribles horas de Pompeya. Los trece cuerpos eran de personas que trataban de huir del polvo y rocas volcánicas mortales, y dieron al jardín este nombre.

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