Eugène Delacroix (1798-1863) fue un artista romántico francés considerado desde el principio de su carrera como el líder de la escuela romántica francesa.

En contraste con el perfeccionismo neoclásico de su principal «rival», Ingres, Delacroix se inspiró en el arte de Rubens y de los pintores del Renacimiento veneciano, con el consiguiente énfasis en el color y el movimiento más que en la claridad de los contornos y la forma cuidadosamente modelada.

El contenido dramático y romántico caracterizó los temas centrales de su madurez, y le llevó no a los modelos clásicos del arte griego y romano, sino a viajar por el norte de África, en busca de lo exótico.

Amigo y heredero espiritual de Théodore Géricault, Delacroix se inspiró también en Lord Byron, con quien compartía una fuerte identificación con las «fuerzas de lo sublime», de la naturaleza en acción a menudo violenta.

Delacroix nació en Charenton-Saint-Maurice, en Isla de Francia, cerca de París. Su madre se llamaba Victoire Oeben, hija del ebanista Jean-François Oeben. Tenía tres hermanos mucho mayores.

A su fallecimiento, los artistas contemporáneos le rindieron sentidos homenajes, en especial Gustave Courbet. Auténtico genio, dejó numerosas obras que tenían mucho que ver con la actualidad de su época («La matanza de Quíos» o la «Libertad guiando al pueblo»). También destacó como pintor religioso pese a sus continuas declaraciones de ateísmo.

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