El esqueleto de un hombre aborigen desenterrado en el Lago Mungo, en Nueva Gales del Sur (Australia) en 1974, fue sometido a un nuevo estudio por David Lambert, de la Universidad Griffith.

Este nuevo análisis de los restos óseos encontrados del Hombre de Mungo, que habitó una remota zona de Australia hace unos 40.000 años, confirmó que los aborígenes fueron los primeros habitantes del país. Este estudio publicado en la revista científica PNAS refuta el anterior estudio realizado por un equipo liderado por Greg Adcock, de la Universidad Nacional Australiana, que indicaba que los restos del Hombre de Mungo, los más antiguos hallados en el país, provenían de un linaje extinto de seres humanos que ocuparon la isla-continente antes que los aborígenes. puso en duda la teoría "Fuera de África", que sostiene que los humanos modernos se originaron en este continente, y abrió la posibilidad de Australia fuera habitada por olas de hombres del sudeste asiático.

El nuevo estudio realizado por Lambert se apoyó en un nuevo método para analizar el ADN de los restos del Hombre de Mungo, hallados en 1974, que confirmó las sospechas de otros científicos de que éstos estuvieran contaminados en el primer estudio realizado..

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