La escultura Venus de Milo es una obra griega fechada en el período helenístico, aunque su estilo se corresponde con la estética predominante del período clásico. Fue descubierta en el año 1820 en la isla de Melos o Milo (según el griego moderno), de donde proviene su nombre.

Fue hecha en mármol blanco, en varios bloques cuyas uniones no son visibles, en un tamaño ligeramente superior al natural. Se desconoce su autor, pero se ha sugerido que pudiera ser obra de Alejandro de Antioquía. El aspecto clasicista de sus formas hacen suponer que su autor se inspiró en la estatua del siglo IV a. C. de Lisipo, la «Afrodita de Capua».

La estatua fue desenterrada por un campesino y vendida a Francia entre 1819 y 1820. El precio que el campesino pedía por la escultura era demasiado alto, y Dumont d'Urville —viajero que realizó una parada en este lugar—,​ no llevaba el dinero suficiente, por lo que recurrió a un embajador francés en Constantinopla, quien accedió a comprarla. Sin embargo, anteriormente el campesino había acordado venderla a los turcos, lo que inició un conflicto por la posesión de la estatua.

La obra se encuentra actualmente en el Museo del Louvre, en París, el mismo lugar donde fue dada a conocer por primera vez al público. Hoy en día, es una de las esculturas más famosas de la Antigüedad Clásica, junto al «Discóbolo» de Mirón, «La Victoria de Samotracia» y «Laocoonte y sus hijos».

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