La figura del tótem se vincula con el totemismo (proviene de la antropología y se dio a conocer gracias al escocés McLeann en el año 1870, en Londres), puede adoptar muchas formas. Una de ellas es la forma de animal, en este sentido, muchas tribus indígenas de Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) atribuían a los animales cualidades destacadas, como por ejemplo fuerzas sobrenaturales o cualidades de tipo más espiritual.

Los animales más reconocidos y utilizados para representarlos han sido: el pez, el bisonte, el tejón, el oso y el halcón, entre otros.

La palabra tótem proviene de la lengua ojibwa, se utilizaba para designar un tipo específico del monumento, no eran obra exclusiva de la cultura ojibwa, sino también confeccionados por otras culturas nativas de Norteamérica.

En la cúspide, muchos de estos muestran uno, dos o tres personajes que declaran el rango o estatus del jefe de la localidad. Es un término utilizado para englobar todas aquellas ideas y prácticas fundamentadas en la creencia de que existe una relación de parentesco y de carácter místico entre un grupo social (o una persona) y un determinado objeto de la naturaleza (como podría ser el tótem).

Se trata de una creencia de origen muy antiguo, muy arraigada al hombre primitivo, inherente a él. Este fenómeno ha sido tratado, en muchas culturas, como una creencia vinculada con las religiones de tipo animistas.

No es igual en todos los contextos y sociedades, cada una adopta diferentes formas y tipologías.

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