Luma apiculata es una especie arbórea perennifolia de la familia de las mirtáceas.

Los colonizadores españoles lo llamaron arrayán por la semejanza de sus flores con las del arrayán europeo o mirto.

Se lo conoce como arrayán, arrayán rojo, arrayán chileno, palo colorado, quetri, temu y mirto chileno.

Crece en los bosques templados de Chile y Argentina, en terrenos muy húmedos como riberas de ríos y lagos, donde aparece, incluso sumergido.

Es un árbol que puede llegar a medir hasta 20 m de altura, con troncos de hasta 1 metro de diámetro. Se caracteriza por el color rojo ladrillo de la corteza, que es lisa y sedosa al tacto, con manchas más claras que dejan la corteza vieja al desprenderse.

Es de crecimiento lento y tiene follaje perenne y denso.

Las hojas son simples, opuestas, de forma aovada, con el borde entero con un pequeño mucrón en el ápice. Son discolores, verde oscuro muy brillante en el haz y verde pálido opaco en el envés, son muy aromáticas y al partirlas, dejan salir las deliciosas esencias contenidas en su interior.

Las flores son medianas, de color blanco, muy visibles por su contraste con el oscuro follaje. Se reúnen en inflorescencias axilares con 3 a 5 flores. El fruto es una baya redonda muy oscura de 1,5 cm de diámetro que contiene 3 semillas de forma arriñonada y son comestibles.

La madera es muy dura y compacta, utilizada en ebanistería para fabricar herramientas rústicas y también, como leña. Se cultiva como ornamental en parques y jardines.

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