La bandera que se observa en la imagen pertenece al Principado de Liechtenstein.

Este pequeño país, ubicado en el corazón de los Alpes, es el último vestigio del Sacro Imperio Romano. Limita con Suiza al este y con Austria al oeste.

Si bien es conocido por ser un destino invernal ideal para el esquí, lo es mucho más por ser un paraíso importante fiscal.

Su capital es la ciudad de Vaduz, y su forma de gobierno es una monarquía constitucional encabezada por un príncipe.

Esta nación surgió de la unión de dos señoríos, Vaduz y Schellenberg, al ser comprados por los Condes austriacos de Liechtenstein en 1699.

A diferencia de otras monarquías constitucionales, la constitución de Liechtenstein otorga importantes poderes al Príncipe, entre ellos el de vetar las leyes aprobadas por el Parlamento.

Un hecho muy importante, vinculado con esta monarquía, ocurrió en 2003. El Príncipe Juan Adán anunció que él y su familia abandonarían el país y se radicarían en Viena dejando abierta la posibilidad de que Liechtenstein se convirtiera en una república si los poderes de su casa no eran refrendados por el pueblo.

De esta manera, se llevó a cabo un referéndum que ratificó la confianza del pueblo en la monarquía y en el Príncipe Juan Adán para conducir los destinos de su nación.

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