El frisón (en holandés fries, en inglés frisian) es una raza de caballo procedente de la región de Frisia de los Países Bajos. La historia de Frisia quedó marcada por dos situaciones adversas: el agua del mar y los condes de Holanda, que quisieron en repetidas ocasiones sumar las tierras frisonas a sus posesiones, sin éxito alguno, ya que sus habitantes jamás han estado dispuestos a doblegarse y rendirse.

Estos caballos en el siglo XVII empezaron a ser comunes en institutos de equitación, y junto a él caballos pura raza española y árabes, con los cuales era cruzado.

Su abundante y espeso pelaje es en colores negro, azabache, castaño oscuro y tonos tan oscuros que llegasen a parecer negro.

Su altura de la cruz oscila entre 165 y 175 centímetros, siendo animales macizos, fuertes y potentes.

Su cabeza es muy estrecha y larga, sus ojos son bastante grandes y expresivos, los cuales le dan una apariencia noble.

Sus orejas son erguidas, pequeñas y están levemente inclinadas, contribuyendo a la apariencia de nobleza mencionada.

El pecho de estos animales es muy resistente, al igual que su tórax es muy ancho.

Su espalda es larga y suele ser bastante fuerte ya que se encuentra algo inclinada y el cuello es fornido presentando un buen arco.

Es muy querido por las personas que los adquieren, se caracteriza por ser un animal muy dócil, amigable y sensible.

Es hervíboro y necesita una alimentación de buena calidad, puede vivir hasta los 30 años y su peso llega hasta los 900 kilos.

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