Oscar Niemeyer (1907-2012) fue un arquitecto brasileño, uno de los fundadores de la arquitectura moderna en su país y diseñador, junto con Lucio Costa, de Brasilia, la nueva capital de Brasil, la ciudad que el presidente Juscelino Kubitschek soñaba con levantar como nueva capital del país y como símbolo de su régimen democrático.

Fue el principal responsable de algunos icónicos edificios públicos de la ciudad, como el Congreso Nacional de Brasil, la catedral de Brasilia, el palacio de Planalto y el palácio da Alvorada.

Fue también uno de los principales responsables del equipo que diseñó la Sede de la Organización de las Naciones Unidas en Nueva York.

Seguidor y gran promotor de las ideas de Le Corbusier, es considerado uno de los personajes más influyentes de la arquitectura moderna internacional. Fue pionero en la exploración de las posibilidades constructivas y plásticas del hormigón armado.

En 1945, ya como un arquitecto de cierta reputación, se unió al Partido Comunista de Brasil. Niemeyer era sólo un niño en la época de la Revolución Rusa de 1917, y por motivo de la Segunda Guerra Mundial se convirtió en un joven idealista. Fue un comunista muy entusiasta, actitud que le costaría caro más tarde en su vida. Fidel Castro una vez dijo: «Niemeyer y yo somos los últimos comunistas de este planeta». Niemeyer visitó la URSS, conoció varios líderes socialistas y se convirtió en amigo personal de algunos de ellos.

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