El origen del gato "Bombay" se remonta al año 1950, en Louisville, Kentuky (EEUU), gracias a la criadora Nikki Horner. Su intención principal era crear un gato parecido a una pantera, de pelo negro, corto y brillante.

A partir del 1953, comenzó la cría selectiva partiendo del cruzamiento entre el "Burmés" y el "American shorthair". Se trata de una raza híbrida y en ningún caso tiene ascendencia salvaje.

Tardó un tiempo en fijar correctamente el estándar de la raza, pero finalmente en 1976 logró un gato negro de pelo brillante y ojos de color cobre.

El nombre fue tomado en honor al leopardo negro, felino salvaje de gran similitud con este gato doméstico, cuyo hábitat natural es la ciudad hindú de Bombay (India).

Se destaca por poseer un cuerpo musculoso y compacto, es de tamaño mediano y presenta una cola de tamaño medio.

Su cara redondeada y un hocico muy corto, así como unas almohadillas totalmente negras, una característica de la raza que la hace inconfundible.

Es muy sociable y cariñoso, disfruta de la compañía de sus familiares y detesta la soledad. En algunos casos, si pasa demasiado tiempo solo, puede llegar a sufrir ansiedad por separación.

Tienen una salud excelente, pues se trata de una de las razas menos propensas a sufrir enfermedades y por ello una de las más longevas.

Pueden alcanzar los 20 años de vida. Al margen de esto, algunos pueden llegar a sufrir malformación del cráneo, un problema de salud heredado de sus antecesores, los gatos burmeses.

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