El león marino es un mamífero acuático de la familia de los pinnípedos, de los que existen 7 especies distintas, distribuidas por los océanos de casi todo el mundo, tanto en aguas frías como tropicales. Actualmente se encuentran en peligro de extinción.

En cautiverio su esperanza de vida oscila entre los 18 y los 35 años, en libertad es de unos 25 años. Son animales omnívoros, se alimentan de peces, cefalópodos y moluscos. Su cuerpo está adaptado precisamente para la pesca.

Presentan un grueso pelaje para resistir el frío, fuertes aletas, gran optimización del gasto de oxígeno para aguantar largos periodos bajo el agua (40 minutos).

Los leones marinos tienen pabellones auditivos, su cadera está articulada y sus aletas pectorales son muy fuertes para apoyarse sobre las caudales e incorporarse. Tienen las aletas caudales orientadas hacia los lados del cuerpo.

Su vista está adaptada para la supervivencia en el agua; sus ojos están preparados para percibir la luz que se refracta al entrar al agua.

Los leones marinos nacen sin dentadura, pierden los dientes de leche antes de nacer. La primera dentadura posnatal que desarrollan es la de adulto, la que necesitan para desgarrar las presas de las que se alimentan.

Con el tiempo, sus dientes se vuelven negros, coloración que obtienen de las bacterias que viven de forma simbiótica en sus bocas. Estas bacterias se alimentan de los residuos de los alimentos que consumen, con lo que protegen el esmalte dental.

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